miércoles, 17 de marzo de 2010

Guía del Turista Intergaláctico.

Éstos eran los textos originales para lo que después terminó siendo El Cielo Está Lleno de Soles". A mí todavía me sigue gustando mucho más la versión inédita, y tengo la esperanza de poder sacar algún día algo parecido a lo que tenía en mente. Las ilustraciones son, una vez más, de Rodrigo Folgueira.


Guía del turista intergaláctico.


¿CÓMO SON LOS PLANETAS DEL SISTEMA SOLAR?



Nombre: Mercurio.

Ese nombre me suena de: Era el dios de los mensajeros para los romanos.

Ubicación: Primer planeta desde el Sol, los separan 57 millones de kilómetros.

Un día dura: 58 horas y 16 horas. (Esto es el tiempo que tarda en rotar sobre su propio eje)

Un año dura: 86 días. (Esto es el tiempo que tarda en girar alrededor del Sol)

Su circunferencia

ecuatorial es de: 15.300 kilómetros. (Esto es lo que tendríamos que caminar si quisiéramos darle toda una vuelta)

Su gravedad es de: 0.38

O sea que un chico de

35 kg pesaría: 13.3 kilos.

Velocidad: 50 kilómetros por segundo.

La temperatura para hoy: Máxima: 427 °C (¡Está muy cerca del Sol!) Mínima: -183 °C

¿Tiene lunas?: No.

Señas personales: Mercurio no tiene ninguna atmósfera, por eso su superficie está marcadísima por cráteres. Además tiene gigantescas llanuras y tremendos acantilados. El interior está compuesto por un núcleo de hierro casi tan grande como nuestra Luna, por eso, a pesar de ser tan pequeño, su gravedad es bastante fuerte.



Nombre: Saturno.

Su nombre me suena de: Era el dios romano de la agricultura.

Ubicación: Sexto desde el Sol, los separan 1.426 millones de kilómetros.

Un día dura: 10 horas, 40 minutos.

Un año dura: 29 años y medio.

Su C.E. es de: 378.600 kilómetros.

Su gravedad es de: 1.3

O sea que un chico de

35 kilos pesaría: 45.5 kilos.

La temperatura hoy: Mucho, mucho, pero mucho frío. Aunque mejora si uno se introduce unos kilómetros en el interior del planeta.

¿Tiene lunas? Sí, 35 conocidas. La más grande y famosa es Titán.

Señas particulares: Saturno es conocido como la joya del sistema solar; su sistema de anillos es bellísimo y único. No se conoce el origen con exactitud, pero se cree que son los restos de satélites destrozados al alcanzar el planeta, o partes de comentas y asteroides. Cada anillo está formado por miles de anillos hechos de miles de millones de partículas de hielo y roca. A pesar de su atractivo, Saturno no es el mejor de los planetas para visitar, sus temperaturas son bajísimas y sus vientos huracanados llegan a ser cinco veces más fuertes que los de la Tierra.



Nombre: Neptuno.

Su nombre me suena de: Dios de los mares, para los romanos.

Ubicación: Octavo desde el Sol, los separan 4.997 millones de km.

Un día dura: 18 horas y media.

Un año dura: 165 años. (Fue descubierto en 1845, por lo que recién en el 2010 volverá a pasar por el lugar en el que estaba cuando se lo observó por primera vez)

Su C.E. es de: 155.597 km.

Su gravedad es de: 1.2

O sea que un chico

de 35 kilos pesaría: 42 kilos.

¿Tiene lunas? 13 conocidas. La primera descubierta es Tritón, uno de los objetos más fríos del sistema solar; llega a tener -235°C (No apto para deportes de verano)

Señas particulares: Al igual que Urano, su atmósfera tiene gases que le dan una coloración azulada, aunque su azul es ligeramente más intenso que el del otro planeta. Las estaciones en Neptuno duran 41 años, por eso recomendamos planificar con antelación su visita, dependiendo de cuál sea su estación preferida.



martes, 16 de marzo de 2010

El Perro que se fue a España


Por Nicolás Britos (cuando tenía 6 años)
Ilustración de Rodrigo Folgueira, hecha en el 2007. (¡Gracias, Rodrigo, de nuevo!)



Había una vez un perro que hablaba. El sueño de toda su vida fue ir a España. Un día se lo dijo a su amo:

- Señor, el sueño de mi vida es ir a España y por eso quisiera saber si tú me podrías ayudar a cumplir el deseo.

Y el amo le contestó:

- No, yo no puedo a ayudarte. Tendrías que comprar tú el pasaje.

El perro salió de la casa triste. Mientras caminaba por la calle buscando la solución, vio a un niño que estaba jungando en un parque. Se acercó a él y le preguntó:

- ¿Podrías comprarme un pasaje para ir a España?

Pero el niño no pudo decir una palabra del susto que le dio ver hablar a un perro y salió corriendo como loco. El perro quedó muy triste y siguió caminando. En este momento vio a un hombre que trabaja en el circo hablando con los perros y otros animales. El perro salió corriendo hacia ese hombre y le hizo su conocida pregunta:

- ¿Podrías tú comprarme un pasaje para España?

El hombre puso una cara de duda y dijo con admiración:

- ¡Tengo la solución! Y salió corriendo a una tienda de disfraces y compró un disfraz. Como ese día era 31 de Octubre (día de Las Brujas) le explicó al perro el plan. El perro fue al Ministerio de Relaciones Exteriores y gritó:

- TRIKI, TRIKI HALLOWEEN, quiero un pasaje para mí, si no hay para mí, se te tuerce la nariz.

Entró corriendo al Ministerio y empezó a hacer papelotes y papelitos y más papetotes y papetites. El hombre le ayudó con la plata porque era muy rico por su trabajo. Al fin el perro pudo zarpar en un barco.

Al llegar a España bajó del barco y gritó:

- ¡Qué linda es España!

Fragmento de Soy Bach (Lectorum, México, 2007)


Querido Philipp:

Esta carta se la dicto a tu cuñado, Altnikol. Mis ojos ya no sirven; sin su ayuda nunca podría completar mi trabajo.
Ya no tengo más ganas de seguir recordando el pasado. Te he contado todo lo que había para contarse. Acerca de tu madre, hemos hablado hasta el cansancio en persona. Acerca de su muerte prefiero no hablar. Mi segunda esposa, tan trabajadora, podrá responder tus preguntas mejor que yo. Acabo de terminar el tercer movimiento de la última parte de “El arte de la Fuga”. Espero te enorgullezca, creo que es mi mejor trabajo. Hace poco escribí un nuevo coral para órgano. Tenía pensado titularlo: “Cuando nos encontramos en la mayor miseria”, pero ya no me parece justo. He tenido una vida rodeado de gente que me supo amar, admirar y cuidar. Cambiaré el título por el más adecuado “Ante tu trono aparezco”. Pero esto lo haré más adelante. Ahora descansaré, y esta misma tarde comenzaremos con el dictado del último movimiento.


Te quiere enormemente,
tu padre Johann Sebastian Bach.

Es difícil para mí recordarlo. El día en que murió, Johann trabajaba en ese último movimiento. Me pareció muy triste que se fuera así, acompañado por sus seres queridos, claro, pero completamente ignorante de su propia grandeza.
Me acerqué, silenciosa, junto a su cama.
- Johann- le dije- soy yo.
Levantó una mano y la apoyó sobre mi rostro.
- Querida mía- susurró.
- Antes de que partas, tengo algo que mostrarte.
No esperé más. Lo hice salir de la cama, y tomándolo de la mano, lo guié hacia la calle.
- ¿Qué es ese sonido? ¡Cuéntame, querida!
- Es el sonido de la ciudad de Leipzig, pero dentro de 300 años, querido Johann.
- ¡Oh!- exclamó, riendo –Pero… suena como a mi música… cantada por un coro gigante...
- Es tu música, pero no es un coro quien la canta, sino toda la ciudad. Se está celebrando el aniversario de tu nacimiento. La gente se ha reunido en la plaza central, aquí, al lado de Santo Tomás. Han viajado de todo el mundo. Te han escuchado y admirado tanto que todos están entonando una de tus cantatas de memoria. Leipzig ya no es más una ciudad cualquiera en Alemania, famosa por sus editoriales o sus ferias. Leipzig es ahora la ciudad en la que vivió Johann Sebastian Bach.
El gran maestro sonreía tristemente. Tenía la cabeza gacha, atenta al sonido de las decenas de miles de personas que lo cantaban.

- Gracias, querida música- me dijo en voz baja.
Entonces lo dejé ir. Recostó su cabeza sobre la almohada y murió.

Johann Sebastian Bach murió en Leipzig. Su último trabajo termina con estas cuatro notas: Si bemol – La – Do – Si natural.
En alemán, se escriben B.A.C.H.





Se puede comprar aqui. Se pueden ver las primeras páginas aquí.

Fragmento de Tuvia No Tá (¿Dónde está Lluvia? Qtal/Arcadia 2003)

Lluvia tiene tres años.

Cuando le preguntan: ¿Cuántos años tienes? Ella hace así. (muestra un dedo de una mano y dos de la otra)

Estos son los padres de Lluvia.

La quieren mucho, y siempre están atentos a todo lo que ella hace.

Y eso no es nada fácil.

Pero no porque los padres de Lluvia sean un poco tontos.

Ni tampoco porque se olviden de ella cuando miran la tele.

El problema es que Lluvia no para de moverse.

Cuando no se está metiendo adentro de la bañadera, se está asomando al balcón.

Cuando no se mete debajo de la cama, se esconde adentro del ropero.

Cuando no se trepa a lo más alto del sillón, abre la puerta del departamento y se va al pasillo.

Los pobres padres no tienen descanso. Todo el día caminan por la casa preguntando: “Lluvia, ¿estás ahí?” y ella contesta, aguantando la risa: “¡No! ¡Tuvia no tá!”

Tan pero tan atentos tienen que estar, que un día al papá se le metió algo en el ojo, lo cerró durante seis segundos tratando de sacárselo con la punta del dedo meñique (que es algo muy difícil de hacer), y cuando los volvió a abrir, Lluvia ya no estaba.

La puerta del departamento estaba abierta, pero al salir, ella no estaba en el pasillo.

Escuchó unos pasos que bajaban la escalera despacito, pero cuando se asomó, ella tampoco estaba ahí.

Sintió que la puerta de calle se cerraba, pero cuando salió a la calle, ella no estaba por ningún lado.

- ¿Ha visto a mi Lluvia? - le preguntó a un señor muy viejo muy viejo que estaba sentado en el banquito de una plaza mirando pasar a la gente.

- ¿Su lluvia?- le dijo el señor muy viejo -La lluvia no es suya. La lluvia nos moja a todos por igual.

Como el pobre padre no tenía tiempo de dar explicaciones, siguió preguntando.

- ¿Ha visto a mi Lluvia? - le preguntó a un perro que se estaba refregando la espalda contra el pasto.

- No, hace mucho que no veo llover. Pero le aseguro que una gran tormenta viene en camino - le dijo el perro, con ese acento inconfundible con el que habla cierta raza de perros.

- ¿Señor, ha visto a mi Lluvia?- le preguntó a un hombre gordo con un gran cigarro en la boca, que viajaba en la parte de atrás de un coche muy caro.

- Usted debe estar equivocado. Esta noche doy una fiesta en el jardín de mi casa y para que no haya problemas he comprado la lluvia de toda la semana. No puede llover a menos que yo quiera- dijo, y le dio una orden a su chofer para que siguiera camino.

-¿Ha visto a mi Lluvia?- le preguntó a un policía.

- Andar diciendo por ahí que uno es dueño de cosas de la que no es dueño es un delito. Está mal. No se hace. ¿Usted ha comprado a la lluvia?

-No... no... déjeme que le explique- decía el padre.

- No hay nada que explicar. Usted está infringiendo la ley número ochicientos quichimil del año mil novechanchoscuarentaypoquitos, por lo cual no tengo más opción que meterlo preso. Con todo respeto, señor.

- Pero es que yo....

- ¡Todos dicen lo mismo! - le dijo el policía, y sin darle tiempo a explicarse se lo llevó a la cárcel.

-Señor preso, ¿ha visto a mi Lluvia?

- Hace muchísimo tiempo que no la veo- dijo el señor preso, echando el humo de un cigarrillo - por eso esta misma noche voy a escaparme. ¿Se viene usted conmigo?

- Encantado. Pero yo en realidad le preguntaba por...

- Silencio, silencio, que vienen los guardias



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